Reflexiones de andar por casa: Recordando viejos tiempos

A menudo me hace gracia cuando le gente dice "Como viviamos antes del Facebook" a lo que yo pienso, pues no se tú, pero yo desde luego, mejor.

Todavía recuerdo, cuando para mi comunión, mis padres se dejaron 350.000 de las antiguas pesetas en un ordenador Pentium III a 794 Mhz, 13 Gb de Disco Duro, 64Mb de Memoria RAM, Pantalla de 19 pulgadas que ocupaba todo mi escritorio, ratón de bola (Aún recuerdo las tardes con el cuchillo sacando la porquería). Ese ordenador que dio luz a mi amor por el Age of Empires II. Poco después llego a casa, la revolución, Tarifa Plana de Internet de Modem de 56 Kb en lo que sólo me podía conectar a partir de las 18:00 hasta las 8 de la mañana. Aquel Windows 98 destartalado con una interfaz pésima me introdujo en la nube, esa nube de internet, que dio vida a mi primer MSN, ese MSN que daba vida a mis últimos minutos antes de acostarme cada noche. Esos vídeos eternos que tardaban siglos en cargarse. Poco tardaría en envidiar el ADSL 24 horas con 128 Kb.

Lo bueno de Internet, es que era una tecnología que llegaba en ese momento al pueblo, mi lista de contactos de MSN no llegaba a las 20 personas, y no existia ni Youtube, Facebook, Tuenti, Twitter ni tampoco Cuantocabrón, eso sí, como preadolescente, vi que internet ya estaba plagada de Porno.

Lo gracioso de todo, es que ahora, cuando quieres quedar, te enchufas al Tuenti o al Facebook, o al MSN, o en casos radicales, llamas al móvil de tus amigos para ver como anda el tema. Antes, todo era más inocente, llamabas al fijo de casa de tu amigo para quedar a jugar al balón o a la Game Boy... ¡Oh, la Game Boy!

Año 1998, 11 años después de la salida de la Game Boy (¡Qué gran invento!), todos frikis con Pokemon, y en 1999 después de que hacía un año que habían sacado la Game Boy Color, y yo, como no, ansiaba una Game Color con un Pokemon, pero mis padres se negaban por aquello de que enganchaba y bla, bla, bla. Pero la realidad era que yo iba bien en mis estudios, y mi cumpleaños se acercaba peligrosamente, era el momento de pedirla, y así fue como entro en mi casa la primera consola de tantas. Una Game Boy color verde, y un Pokemon azúl. Aún recuerdo la emoción de estrenar aquella consola, y la ilusión por encenderla y lo gracioso que me parecía el pitidito cuando aparecía por primera vez el cartel de "Game Boy Color". Cuantas tardes con mis amigos, viciados, repartiendo a diestro y sinisestro "Rayo Burbuja", "Lanzallamas", o "Látigo Cepa". Esa Game Boy que tantos buenos momentos me ha dado posteriormente con el Mario Bros y que a día de hoy todavía uso, y guardo con mucho cariño.

Sexto de Primaria, y todo el mundo ya tenía su PlayStation, yo, como no con la excusa de que ya tenía la Game Boy mis padres se negaban a comprarme la Play Station, pero otra vez, la realidad era que iba a pasar a Secundaria, y mi cumpleaños se volvía a acercar peligrosamente, y así es como entro la primera consola de mesa en mi casa, que no fue la PlayStation sino la PS One, una vez más, la emoción de desembalarla, y montarla en la televisón de mi habitación. Mi primer juego, como no, un clásico y el videojuego más vendido para la consola de Sony, Gran Turismo. Aquellos paseos con la Memory Card por casa de tus amigos, para seguir jugando en sus consolas, o aquellas partidas eternas al Tekken 3 (De todas estas partidas eternas, siempre me acordaré de un amigo en especial). Consola que una vez más, todavía guardo con muchísimo cariño.

Pero esto no sólo se limitaba a los juegos, también al Audio. A día de hoy, como no, para alguien a quien le gusta escuchar música, es evidente que debo de tener un iPod, y así es... un señor iPod Classic de 160Gb, pero mis primeros pinitos con la música no fueron esos. Todavía recuerdo, los reyes en los que en casa de mis abuelos me regalaron mi primer Walkman con el casette de la banda sonora de el Rey León, y esto, fue muchísimo antes de poder disfrutar de mi querida Game Boy o de jugar con la PS One, aquellas noches en la cama escuchando cintas y cintas. Años después, y con la llegada a mi casa del PC, la Game Boy y la PlayStation también entraría mi querido Discman, del que debo decir que he tenido varios, los cuales paseé por toda la geografía española en los muchos viajes que he hecho con mis padres, incluso, un año, mi novia me dejó el suyo para aguantar las interminables horas de coche.

También recuerdo, cuando la tecnología (Y mi adolescencia) llegaba a puntos en los que relacionarse con la gente a través de telefono fijo ya no quedaba "Cool" y así es como me vi desempaquetando mi primer teléfono móvil, un Nokia 3310 el cuál vería en su bandeja de entrada los primeros mensajes de amor (¡Oh, qué potito!).

Recordando todo esto, piensas en el presente, mí habitación se ha visto invadido por un ordenador Quad Core a 2.24 Ghz, 4Gb de RAM a 800Ghz y 3Tb de Disco duro (Muy bonito, por cierto), y un Netbook Intel Atom con 320Gb de Disco Duro y 1Gb de RAM. Aquel Pentium 3, el cual conservo, ha sido modificado, teniendo ahora 900Mhz de CPU, 120Gb de Disco Duro, y 512 Mb de RAM (Es lo que tiene ser informático) y que ahora pulula por la casa de mi padre, como PC de sobremesa o Servidor en ocasiones.

Mi tele de 15 pulgadas tocha de la comunión, se ha visto cambiada por una tele de pantalla plana de 32 pulgadas, mi PlayStation ahora es una Xbox360, mi móvil, después de unos cuantos, ya no es un Nokia 3310, y ahora, es un HTC Desire con tarifa plana de internet las 24 horas y mi Game Boy, ha sido sustituida por una PSP. Mi Discman por un iPod repleto de música.

Aunque mi trabajo de informático, hace que siempre esté más pendiente del PC que de jugar a la Xbox o de leerme un buen libro, nunca dejo esto constantemente de lado, siempre cae alguna partidita de fin de semana, o una buena lectura por las noches. Tampoco dejo que la redes Sociales me absorban por completo y siempre hecho alguna partidita al Age of Empires II (Evolución: Call of Duty). Pero las nuevas tecnologías siempre hacen que hechemos de menos el pasado de vez en cuando.

Así es como vivía antes, y la verdad, no ha cambiado nada, simplemente ha evolucionado. ¿Y tú, en qué te has convertido?.