creí que pensé que estimé que

domingo, 31 de enero de 2016

Llévatelos


¿En serio te pensabas que te ibas a llevar dinero por entrar en esta mierda de blog? ¡PUES NO!

Pero te puedes ir de aquí contento y sentirte pagado en risas y post absurdos. No seremos ricos, pero por lo menos seguimos riendo. ¿Qué hay más importante que la risa? Pues un montón de cosas, pero aquí no vas a encontrarlas, así que aprovecha y riéte cojones.


Si entras y no entiendes este post es porque eres mu tonto y no le has dado a Me gusta a nuestro Facebook.


Y de paso de dejo unas recomendaciones:

Recuerda locurear. 

Vamos a contar mentiras

Gracias a los miles... ¿qué digo miles? ¡millones!... de seguidores que visitan diariamente este blog, puedo permitirme dedicarme única y exclusivamente a escribir.
La economía va viento en popa, la política por fin ha conseguido reunir a un grupo de políticos llevados por el trabajo al ciudadano, y eso me hace estar completamente dedicado a este blog lleno de artículos de calidad contrastada por ornitólogos y ginecólogos.

Lo que más me gusta es ir por la autovía, y que todos y cada uno de los preparados y maravillosos conductores que circulan por las carreteras españolas respeten la velocidad y vayan por el carril del medio, porque no entiendo la necesidad de ir siempre por la derecha y cambiar de carril tan solo para adelantar. ¿Qué necesidad hay de conducir sin molestar? Pues ninguna, cojones.
La gente que emigró de España ya puede volver, y eso está haciendo que las playas vayan mejorando en cuanto a limpieza y accesibilidad. Y eso es una pena, porque ¿a quién no le gusta darse un bañito sorteando compresas usadas, ratas muertas y mojones remojados en cantidades variables? Desgraciadamente ya no podremos ver a esos hombres de avanzada edad y cimborrio alfeizado con el plástico de los packs de botes de Coca-Cola enredado en esas partes colgantes, que ya no se saben si continúan teniendo utilidad o son su apéndice extracorporeo. Ya no podremos ver esos pezones arrastrando por la playa enredados en algas o crustáceos sin vida. ¿Por qué?
¡Oh! Los leggins, esas prendas para sordomudos, con los que cualquiera puede leerle los labios a esas chicas, que da igual cuál sea su aspecto físico o la prenda de ropa que lleven arriba o en los pies, siempre quedan bien. Da igual que parezcas el muñeco de Michelin o una morcilla embutida, siempre están guapas. Da igual que sean negros, de colores planos o de estampados más propios de un cuadro pintado por un mono salido. ¿A quién no le gusta una mujer de gran volumen con unos pantalones de sordomudos ceñidos a la que no le llega la circulación a los dedos de los pies? ¿A quién? Cuánto loco hay en el mundo.
Lo mejor siempre es enseñar, no dejar nada a la imaginación, como esos montes de Venus sin nada de follaje, al ras, como el culito de un bebé. No hay nada mejor que verlo todo como la cabeza de un Cara cono. Y ¿por qué la gente se compra bufandas? Lo normal sería hacer como hago yo, echarse lo más caliente del cuerpo al cuelo, ese apéndice fálico que tenemos por ser piratas, y no hablo del oro ni la plata, sino de ese tesoro que tengo entre las (soy tan pudoroso que no me atrevo a decirlo, me pongo colorado).
Por fin he conseguido valorar a esa gran cadena con programación de calidad que es Telecinco (por el culo de la hinco), con grandes personajes totalmente necesarios para la historia de la humanidad, como es Belén Esteban, esa mujer a la que jamás se le deformó la nariz por echarse unos tiritos, o el Matamoros, el Lex Luthor español. Han conseguido que Telecinco dé de baja Gran Hermano, pues la población no ha creído que fuera de un nivel necesario, una pena, pues año tras año ha ido demostrando la calidad y la necesidad que tienen los televidentes españoles de programas de tal calidad. Intentaré contener mis saladas y adictivas lágrimas.
Y esto es solo una pequeña muestra de lo bien que va todo y del culito respingón que me marcan estos leggins que me compré el martes en el mercadito de mi barrio.

Entre verdad y mentira, viene Dinio y me la endiña.


PD: Me ha salido un post de alta calidad...




viernes, 29 de enero de 2016

La VERDAD de las canciones infantiles

Hace ya tiempo que me propusieron este tema, y, qué narices, vamos para allá.

¿Qué hay detrás de las canciones infantiles? ¿Qué mensaje oculto tienen? ¿Es verdad que las escribieron influidos por fuerzas diabólicas? Bueno, igual en esto último me he pasado. O no...

Para abrir, una bien corta. Mi barba tiene tres pelos. Ahí es na'.

Mi barba tiene 3 pelos
3 pelos tiene mi barba
sino tuviera 3 pelos
pues no seria una barba
 

Si tu barba tiene 3 pelos no es una barba, eso de primeras, como mucho es pelusilla o el camarero chino de mi barrio, que tenía una berruga en la barbila con 3 pelos largos... muy largos... pero mucho...
Y, a ver, sino tuviera 3 pelos, pues ya no sería una barba, claro, ¡porque antes tampoco lo era!
Y luego ya la cosa sigue con la misma letra, pero variando la velocidad de cantar y quitando palabras de la letra, porque no se puede decir barba. ¿Por qué? Porque es una barbaridad muy bárbara.

Después de la contrariedad peluda, hablamos de una historia de posesiones y consumos: Susanita tiene un ratón. Escalofriante historia.

Susanita tiene un ratón,
un ratón chiquitín,

Hasta aquí bien, esa tal Susanita tiene un ratón, algo raro como animal doméstico, pero bueno, hay otros con leones o serpientes durmiendo en su sofá, Susanita puede ser una estrambótica. Y sigue:

que come chocolate y turrón
y bolitas de anís.

Ese ratón no lleva una alimentación muy sana, la verdad. ¿Chocolate y turrón para comer? Ese "ratón" parece que hace otra cosa con el chocolate... Y, ¿bolitas de anís? El "ratón" pinta a que puede salir en la próxima edición de Encarcelados.

Duerme cerca del radiador
con la almohada en los pies

¿Tiene frío y se pone la almohada en los pies? Este "ratoncito" parece que le ha dado un amarillo, igual alguien debería meterlo en la ducha y darle un café.

y sueña que es un gran campeón,
jugando al ajedrez.

El "ratoncito" parece que tiene un problema emocional, una frustración. Él quería ganarse la vida jugando al ajedrez (¿en serio?), pero la vida no le dió la oportunidad y tuvo que ponerse a traficar con drogas, que acabó consumiendo para olvidar esa frustración. El "ratoncito" está mal. ¿Nadie ve que está pidiendo ayuda?

Le gusta el fútbol, el cine y el teatro
baila tango y Rock&Roll

Siempre soñaba con dedicarse al mundo del espectáculo, marcar goles, hacerse solos de guitarra... pero acabó dando el espectáculo en las discotecas de polígono.

y si llegamos y nota que observamos,
siempre canta esta canción.

Aquí algo huele mal... ¡ese "ratoncito" es Susanita! La pobre Susanita nos está pidiendo ayuda, nos dice que le da vergüenza, que se siente frustrada y que trabaja pasando droga para poder consumirla y olvidarse de ella. Susanita nos está contando una historia y todos le acompañamos haciendo los coros. Es que, ¿nadie piensa en los niños?

Y para acabar por hoy, una historia de pérdida de personalidad, de personas que no son lo que parece... Cucú.

Cucú, cucú,
cantaba la rana,
 Cucú, cucú,
debajo del agua.

¿Cucú una rana? ¿En serio? Eso no es una rana. ¿Qué dice cucú? Un cuco como mucho, ¿no?

Cucú, cucú,
pasó un caballero,
Cucú, cucú,
con capa y sombrero,

Y seguimos con el cucú... bueno, pasa un caballero con capa y sombrero. ¿En el siglo XXI? Algo esconde ese "caballero".

Cucú, cucú,
pasó una señora,
Cucú, cucú,
con traje de cola.

¡Y dale con el cucú! Pues eso, que ahora pasa una señora con traje de cola... ¿con traje de cola cerca del agua? Sigo viendo gato encerrado... porque una rana NO.

Cucú, cucú,
pasó un marinero
Cucú, cucú,
llevando romero.

¡Me cago en todo con el cucú de las narices! Y pasa un marinero... llevando romero. ¿Un marinero con romero? ¿De dónde lo ha sacado? Esto "huele" a otro tipo de "hierba".

Cucú, cucú,
le pedí un ramito,
Cucú, cucú,
no le quiso dar,
Cucú, cucú,
se puso a llorar.

¡Joder con el puto cucú de los huevos! La señora le pide un ramito de su "hierba" al marinero, pero este no le quiere dar porque ella no tiene dinero, y seguro que le debe desde hace tiempo. Y ella le responde rogándole que le de un poquito, que le fie... esta señora me recuerda a Susanita... pero me da igual, ya no tendré que volver a escuchar la mierda del cucú.

Pero siempre será peor para el cerebro escuchar Melendi.



jueves, 28 de enero de 2016

Palabros: Cómoda

1. f. Mueble con tablero de mesa y tres o cuatro cajones que ocupan todo el frente y sirven para guardar ropa.
Esto dice la RAE. Ahí no hay discusión.
Vamos a ver, vamos a pensar un ratico majetes... ¿Por qué narices se le llama cómoda? Tú te tumbas encima de ella y... te acuestas en un cajón y... ¡Qué no! Que no es cómoda. Cómoda es una cama, una hamaca, un sofá (menos el mío), una toalla en el césped, etc.
Llamemos a la cama cómoda, y a la cómoda cama, o sofá, o hamaca, o dildo, o falo, o cajorena ¡cojones!
He visto a gente durmiendo en el suelo, en cajeros, en el baño, en la ducha, en un banco del parque, mientras hacía guarreridas españolas, pero nunca, jamás he visto dormir a alguien encima de una cómoda. Y, ¿por qué? Pues porque no es cómodo ché, es incómoda de cojones, más que un fakir durmiendo en un colchón Flex.
Desde aquí, llamo a la movilización contra estos muebles, una manifestación para reclamar un cambio de nombre, una repulsa contra un mueble que no engaña, que se llama cómoda y no lo es. Defendamos nuestro lema:


¡O un colchón, o un mojón!




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