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viernes, 29 de enero de 2016

La VERDAD de las canciones infantiles

Hace ya tiempo que me propusieron este tema, y, qué narices, vamos para allá.

¿Qué hay detrás de las canciones infantiles? ¿Qué mensaje oculto tienen? ¿Es verdad que las escribieron influidos por fuerzas diabólicas? Bueno, igual en esto último me he pasado. O no...

Para abrir, una bien corta. Mi barba tiene tres pelos. Ahí es na'.

Mi barba tiene 3 pelos
3 pelos tiene mi barba
sino tuviera 3 pelos
pues no seria una barba
 

Si tu barba tiene 3 pelos no es una barba, eso de primeras, como mucho es pelusilla o el camarero chino de mi barrio, que tenía una berruga en la barbila con 3 pelos largos... muy largos... pero mucho...
Y, a ver, sino tuviera 3 pelos, pues ya no sería una barba, claro, ¡porque antes tampoco lo era!
Y luego ya la cosa sigue con la misma letra, pero variando la velocidad de cantar y quitando palabras de la letra, porque no se puede decir barba. ¿Por qué? Porque es una barbaridad muy bárbara.

Después de la contrariedad peluda, hablamos de una historia de posesiones y consumos: Susanita tiene un ratón. Escalofriante historia.

Susanita tiene un ratón,
un ratón chiquitín,

Hasta aquí bien, esa tal Susanita tiene un ratón, algo raro como animal doméstico, pero bueno, hay otros con leones o serpientes durmiendo en su sofá, Susanita puede ser una estrambótica. Y sigue:

que come chocolate y turrón
y bolitas de anís.

Ese ratón no lleva una alimentación muy sana, la verdad. ¿Chocolate y turrón para comer? Ese "ratón" parece que hace otra cosa con el chocolate... Y, ¿bolitas de anís? El "ratón" pinta a que puede salir en la próxima edición de Encarcelados.

Duerme cerca del radiador
con la almohada en los pies

¿Tiene frío y se pone la almohada en los pies? Este "ratoncito" parece que le ha dado un amarillo, igual alguien debería meterlo en la ducha y darle un café.

y sueña que es un gran campeón,
jugando al ajedrez.

El "ratoncito" parece que tiene un problema emocional, una frustración. Él quería ganarse la vida jugando al ajedrez (¿en serio?), pero la vida no le dió la oportunidad y tuvo que ponerse a traficar con drogas, que acabó consumiendo para olvidar esa frustración. El "ratoncito" está mal. ¿Nadie ve que está pidiendo ayuda?

Le gusta el fútbol, el cine y el teatro
baila tango y Rock&Roll

Siempre soñaba con dedicarse al mundo del espectáculo, marcar goles, hacerse solos de guitarra... pero acabó dando el espectáculo en las discotecas de polígono.

y si llegamos y nota que observamos,
siempre canta esta canción.

Aquí algo huele mal... ¡ese "ratoncito" es Susanita! La pobre Susanita nos está pidiendo ayuda, nos dice que le da vergüenza, que se siente frustrada y que trabaja pasando droga para poder consumirla y olvidarse de ella. Susanita nos está contando una historia y todos le acompañamos haciendo los coros. Es que, ¿nadie piensa en los niños?

Y para acabar por hoy, una historia de pérdida de personalidad, de personas que no son lo que parece... Cucú.

Cucú, cucú,
cantaba la rana,
 Cucú, cucú,
debajo del agua.

¿Cucú una rana? ¿En serio? Eso no es una rana. ¿Qué dice cucú? Un cuco como mucho, ¿no?

Cucú, cucú,
pasó un caballero,
Cucú, cucú,
con capa y sombrero,

Y seguimos con el cucú... bueno, pasa un caballero con capa y sombrero. ¿En el siglo XXI? Algo esconde ese "caballero".

Cucú, cucú,
pasó una señora,
Cucú, cucú,
con traje de cola.

¡Y dale con el cucú! Pues eso, que ahora pasa una señora con traje de cola... ¿con traje de cola cerca del agua? Sigo viendo gato encerrado... porque una rana NO.

Cucú, cucú,
pasó un marinero
Cucú, cucú,
llevando romero.

¡Me cago en todo con el cucú de las narices! Y pasa un marinero... llevando romero. ¿Un marinero con romero? ¿De dónde lo ha sacado? Esto "huele" a otro tipo de "hierba".

Cucú, cucú,
le pedí un ramito,
Cucú, cucú,
no le quiso dar,
Cucú, cucú,
se puso a llorar.

¡Joder con el puto cucú de los huevos! La señora le pide un ramito de su "hierba" al marinero, pero este no le quiere dar porque ella no tiene dinero, y seguro que le debe desde hace tiempo. Y ella le responde rogándole que le de un poquito, que le fie... esta señora me recuerda a Susanita... pero me da igual, ya no tendré que volver a escuchar la mierda del cucú.

Pero siempre será peor para el cerebro escuchar Melendi.



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