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jueves, 25 de julio de 2013

Un Informático en Londres: El Petate del Informático

Una de las cosas que nos diferencian a los informáticos del resto de mortales, es que cuando uno viaja, y viaja como yo para quedarse, los cacharros que quieres llevarte, y al final te llevas a donde vas a vivir, son acojonantes, al menos en mi caso. Cualquier cacharro que me facilite la comunicación o diversión, van directos a la maleta.

Pero no hemos de olvidar que una de las cosas más importantes de ser informático, es saber que en una ciudad como Londres, la disponibilidad de Internet es alta, y si no lo es, ya te aseguras tú de que lo sea. Así que empecemos a meter en la maleta, elementos importantes.

Portátil: Aunque todo el mundo suele tener un ordenador de 15”, yo como ya tenía un ordenador potente decidí que para pequeñas cosas y emergencias un Netbook me vendría genial. Aunque tiene un procesador Intel Atom de primera generación lo he vitaminado con un SSD de 32Gb que hace que el ordenador vuele. Además, dejo atrás esa lacra de Windows usando Linux con el manejador de ventanas Openbox. Este manejador de ventanas consume tan poco, que a pesar de que también lo vitaminé con 2Gb de RAM, nunca lo he visto pasar de 700Mb aún dándole caña. La pega es el procesador.

TP-Link WR842ND: Este amiguito, al que vitaminé con DD-WRT para desbloquear características importantes como el AP Client, van a servirme de mucho, dado que la información que yo tengo, es que el router de mi nueva casa estará bastante lejos, y mi idea, es poder conectarlo usando AP Client y poder tener Internet en mi habitación, algo importante para tener intimidad si quieres hablar con tus padres o tu hermano/a.

iPod: Imprescindible para mí dado que escucho la música hasta para dormir, además tener música en Londres donde para ir hasta cagar necesitas ir en bus o metro es un alivio, dado puedes estar cómodamente escuchando música mientras tardas 23462345234h en llegar a tu parada. En mi caso, tener que ir al baño en bus o metro es prácticamente literal.

Móvil: Aunque de normal suelo usar mi querido y en ocasiones cabrón HTC Desire, al no querer dejar de usar mi línea, me llego el anterior móvil que usé mientras mi HTC se arreglaba debido a un encontronazo con la gravedad, un Motorola Motoluxe, que usaré con la línea Inglesa, para que complementándose con el iPod me haga pasar ratos en el tren y me permita estar comunicado con amigos y familiares, mientras que mi HTC se queda en segundo plano.

Evidentemente vienen conmigo otros cacharros que no necesitan un apartado Especial. Como serían 3 Discos duros externos, varios pendrives, adaptadores, hubs, y cables necesarios para que todo esto funcione con comodidad.


Como veis, me llevo todo lo necesario para que cuando llegue allí, mi habitación quede infectaba por todo aparato electrónico que sea posible. Asín, sin vaselina ni nah.

viernes, 19 de julio de 2013

Un informático en Londres: Prólogo.

Aunque quizás esto no es un prólogo como tal, si es la historia que acontecerá a una aventura. La historia de unas emociones que uno experimenta antes de dejar toda su vida atrás, de unas inquietudes, unas ilusiones, unas metas y unos preparativos que a uno le hacen pensar mucho y valorar mucho todo lo que tiene.

Aunque esta historia la podríamos datar en 2009, que es cuando la idea de marcharme del país y buscarme la vida en otro sitio por vivir experiencias y madurar internamente, no es hasta el primer trimestre de 2013 cuando se ha podido hacer realidad. Los motivos para no marcharse hasta ahora yo creo que son los que cualquiera en mi situación ha vivido: Novias, estudios y dinero.

La primera es evidente, cualquier persona que está enamorado, como no se vaya con la parienta, no se mueve del país, es una reacción lógica e irreprochable, los estudios siempre están por encima de cualquier cosa, y siempre está el “Ya tendrás tiempo de [Ponga aquí la tarea que quiere hacer] cuando termines de estudiar” que suelen decirnos prácticamente todas las madres. Y el dinero, dinero necesario y más ahora, en plena crisis, que el dinero escasea, este es el más grande de todos los inconvenientes.

Y por fin se ha podido dar. Por fin las tres grandes trabas se han unido para que me pueda marchar. Y la sensación más grande que uno tiene cuanto esto se da es enorme alegría. Y en mi caso es muy normal, el hastío de no tener trabajo, la vida tediosa en casa, y que las relaciones con algunos de los amigos cada día es más distante hacía mella en mí, así que dejar todas esas cosas atrás es una alegría enorme.

Pero con los preparativos, el estudio y empezar a ser consciente que vas a dejar muchas cosas atrás empiezan a anteponerse otros sentimientos mucho más primarios. Normalmente lo primero que viene a la cabeza es la gente que dejas atrás. Primero pensaba que quería perder de vista a según que personas, ahora sólo pienso en cuales dejo aquí y como repercutirá mi marcha en mi relación. ¿Se quedará en Standby o se deteriorará con el tiempo?. Creo que es el peso más grande que uno echa a la maleta a la hora de irse, les relaciones personales que uno deja aquí. En mi caso se ha hecho todavía más duro cuando tu cumpleaños es días antes de irte y verás precisamente a toda esa gente que esperas no perder.


Y esperas que al menos, todas esas cargas que te llevas se puedan compensar con buenas experiencias. Que es a fin de cuentas lo que buscas cuando te embarcas en estas cosas, al menos yo.

Continuará...

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