El ser humano no puede jugar a ser Dios. Por lo menos debe de seguir una ética. Eso es lo que deja entrever esta película franco-canadiense.
Viendo el tráiler parece que vaya a ser una película para cagarse por los pantalones, pero no, ni caso. Una película que muestra como dos científicos especialistas en separar y empalmar ADN de diferentes especies entre sí, deciden llevar a cabo un experimento para empalmar ADN humano y animal en el mismo sujeto en secreto, pues nadie se decide a financiarlos. El resultado es Dren, interpretado por la francesa Delphine Chanéac (que nada tiene que ver con un experimento en la vida real, sinceramente), que saldrá como nadie esperaba.
La cara famosa de la película es Adrien Brody, que interpreta a un hombre que va a remolque de las decisiones de su mujer, contra lo que intenta pelear dentro de sí. No hace mal papel, más que nada porque es un buen actor.
La mujer de Brody en la película es interpretada por la actriz canadiense Sarah Polley que interpreta a una mujer temerosa de tener hijos por equivocarse, y que se involucra en demasía en el experimento.
Una película que nos hace reflexionar sobre la clonación (aunque no se produce una clonación propiamente dicha en la película), sobre el hecho de "jugar" con las especies. Una mezcla de drama, intriga y momentos (pocos) de terror (por no decir de yuyu). En definitiva, personalmente, un 6.5.
Opinión de un servidor.
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