Es la primera vez que lo hago y no es lo que más quiero hacer, porque al fútbol se le dedica mucho tiempo ya, pero el tema de hoy se merece un post.
Pipo Baraja. Rubén Baraja. Una leyenda viva del Valencia. Esta tarde ha sido la despedida del Pipo de Mestalla, su casa los últimos 10 años y para siempre. Es la viva imagen del Valencia campeón del siglo XXI, de ese Valencia que nos hizo soñar a mi generación, esa generación que no conocíamos un título con el Valencia. Con él este equipo consiguió ser nombrado el mejor equipo del mundo en 2004.
Esta tarde ha sido la más emotiva de todas las veces que he ido a Mestalla, entre ovaciones y cánticos a Baraja. Es increíble ver a todo un estadio (incluso los aficionados tinerfeños) en pie aplaudiendo a Pipo cuando ha sido sustituido en los últimos minutos por Banega, a toda la plantilla del Valencia haciéndole el pasillo al principio, manteándolo al final del partido, a hombros del gigantón Zigic, haciendo la vuelta de honor saludando a todos los aficionados que hemos aguantado hasta el final con tal de dejarnos las palmas de las manos aplaudiendo a este pucelano valencianista.
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