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jueves, 11 de marzo de 2010

Biblioteca: Los girasoles ciegos


Estaba lanzado. Tenía hambre de letras. Mi pasión por leer (que acabó con "Tintof, el monstruo de la tinta") volvió a resurgir. Así que mientras dejaba "Soldados de Salamina" en el mismo sitio de donde lo cogí, vi otro. "Los girasoles ciegos", de Alberto Méndez, un libro cuya película homónima dirigida por José Luis Cuerda había visto hace un tiempo, interpretada por Maribel Verdú y Javier Cámara (fantásticos), y donde Raúl Arévalo se hacia odiar por su interpretación sublime. Luego, ya leído el libro, me di cuenta que la película contaba entremezcladas las historias del libro, principalmente la segunda y la cuarta de cuatro historias en total, llamadas "Derrotas".
Cuando comencé a leer el libro me encontré con la historia de un capitán del ejército franquista, que el mismo día de la Victoria, o como lo denominó el Papa Pío XII, el día de la Victoria Católica en España (sin comentarios, este tema puede desarrollarse extensamente... y quizás lo desarrolle un día, quien sabe), decide que no quiere ganar y se entrega al bando republicano.
Ya la segunda historia cuenta la historia de un joven poeta (interpretado por Martín Rivas en la película) que escapa con su novia embarazada, en la que tiene que madurar por obligación hasta su muerte en pocos meses.
La tercera cuenta la historia desde dentro de la cárceles, más exactamente desde la de Porlier (Madrid), en la que un preso cuenta si "vida" durante el tiempo dentro, negándose a vivir como tendría que vivir un verdugo.
La última, en torno a la que gira la película del anteriormente nombrado José Luis Cuerda, y llamada también "Los girasoles ciegos", es ya la cuarta derrota. Cuenta como un escritor contrario al régimen franquista tiene que vivir escondido en una habitación tras el armario de la habitación, con su hijo (un niño que quiere vivir como cualquier niño, que es educado por su padre republicano y que en clase debe canta el Cara al Sol todos los días) y con su mujer, una mujer temerosa por sus miedos y siendo "perseguida" y "acosada" por un diácono que, digamos, duda de su "voto de castidad".

En resumen, cuatro grandes "derrotas" que muestran mediante historias ficticias una Post Guerra real, que  le tocó vivir a este país. Un gran libro para tener en la estantería de casa (y leerlo, claro está, no faltaba más). Un libro en el que su autor consigue darle dignidad a la muerte y a la derrota.

Opinión de un servidor.

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